miércoles, 9 de noviembre de 2016

Taller de hornos y moldes

Participantes en el taller de este mes

En talleres anteriores hemos trabajado con moldes de arcilla, de escayola, de una pieza y de dos (lo que llamamos taceles). El sábado pasado estuvimos haciendo cerámicos esos moldes y otras figuras. También seguimos con los moldes de escayola para, en próximos talleres, fundir broce u otros metales. Algunos estuvieron trabajando con la arcilla.

Introducción al taller


El interés de estos trabajos no es artístico, ni siquiera hacer una pieza bonita. Se trata de experimentar con la materia, porque al transformarla se producen transformaciones en el operador.

Es una forma de poner la cabeza, de manera más reflexiva. Pero también creativa, dando vuelo a las inspiraciones. Y para estos trabajos hay tres intangibles que es interesante desarrollar aquí: tono, permanencia y pulcritud.
  • Tono: es una manera de hacer las cosas reflexiva, con gusto, con interés en lo que hago, complementando con otros.
  • Permanencia: se trata de mantener un plan en lo que hago, sin desviarme de lo primario, aprendiendo a resolver las dificultades que van surgiendo.
  • Pulcritud: es una forma ordenada de hacer las cosas, tratando de poner las mejores condiciones, en mi trabajo y en las relaciones con los otros, sin caer en excesos ni en lo contrario.

Nuestro punto de vista va al proceso humano.

La historia del ser humano puede verse en la historia del horno, en su experiencia con el fuego, en su descubrimiento, conservación y producción.

La historia del fuego va de la mano con el desarrollo humano, con su religiosidad, su imagen del universo, su psicología y sus avances tecnológicos y sociales.

Los hornos ayudaron, primero, a conservar el fuego cuando no se sabía cómo producirlo. Más adelante (mucho, mucho más adelante) facilitaron la subida de temperaturas que permitieron la fabricación de objetos que fueron cambiando la forma de vivir y de relacionarse.

Pero no fueron solo hitos externos, sino una manifestación de procesos internos, de nuevas relaciones y comprensiones. Estos hitos se ven en el origen de grandes mitos universales.

Trabajando con los hornos, con el fuego y la materia nos acercamos a ese proceso histórico del ser humano, rescatando registros y miradas antiguas, que nos ayuden a entender de dónde venimos.

El taller es un ámbito físico y mental, un ámbito de relaciones que cuidamos entre todos. También es un ámbito de inspiración. Y no importa que a uno no le salga la figura o lo que esté trabajando. La inspiración es como la yesca que prende el fuego, pero luego ese fuego pasa de una tea a otra, se transmite. A veces uno no se inspira, pero lo hace el de al lado, y eso es “contagioso”.

Trabajos en arcilla: relieve y vasija

Procedimientos


Se puso en marcha el horno para cocer figuras y moldes de arcilla. Subimos la temperatura hasta hacer cerámica. Hay que colocar las figuras de forma que no se toquen y que no les llegue el fuego directamente. Subir lentamente de 300 a 400º, mantener en 600º, luego subir hasta 800º (rojo). Ahí la arcilla ha perdido toda el agua. El agua está asociada a la arcilla, de manera que al perderla el material cambia para siempre de forma irreversible: se convierte en cerámica.

Subimos hasta 900 o 1000º (naranja, a partir de 1.200º, blanco) para asegurar la cocción. Luego hay que ir bajando la temperatura lentamente.

Figuras cerámicas. Al fondo del horno: moldes


Moldes:  tacel con canicas. Se prepara la escayola y se vuelca sobre la caja cubriendo la figura hasta la mitad, se ha marcado previamente (cuanto menos espesa mejor graba). Antes de que la escayola se seque del todo se introduce la figura (cubierta de vaselina o de jabón). Colocar una canica cubierta de vaselina en cada esquina. Antes de que fragüe del todo, quitamos las canicas.

Cuando está bien seco, damos vaselina y volcamos el resto de la escayola. Dejar secar un día antes de abrir el molde. Si no se dio bien de vaselina puede costar sacar la figura. Se juntan de nuevo los taceles. Las aberturas que puedan quedar se pueden tapar con arcilla (70% polvo de arcilla + 30% agua y un chorro de vinagre, mezclando bien todo).

Si quisiéramos hacer una figura vacía, habría que esperar a que la capa externa vaya solidificando y vaciar la papilla del interior. Si la capa de arcilla que se deja es muy fina, se romperá. Esto se puede hacer porque la escayola va absorbiendo el agua. Calculamos un poco más de papilla, porque tenemos que ir rellenando. Esto tarda en secar 3 o 4 días.

Molde de dos taceles en escayola

Molde de escayola. Proporción de agua: colocamos escayola en un cuenco y vamos añadiendo poco a poco agua, vamos removiendo. Tiene que estar muy bien disuelta y el proceso tiene que ser rápido, pues la escayola fragua rápidamente. Echarlo en una caja bien reforzada.
Caja para molde a partir de figura de arcilla

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