viernes, 18 de septiembre de 2015

No somos cuotas, somos seres humanos


El pasado viernes 11 de septiembre, convocados por Convergencia de las Culturas, unas decenas de personas nos juntamos en la Puerta del Sol para reivindicar el derecho a un trato digno y dar la bienvenida a los refugiados que llegan desde Oriente Medio empujados por una guerra inhumana (como todas las guerras).

En una simbólica valla de papel en el suelo cada persona retiraba un trozo de vaya y dejaba un mensaje de bienvenida. Mucha gente solidaria se acercó a dejar su mensaje o su dibujo (más fotos en facebook)

Se leyó el comunicado que reproducimos a continuación y se realizó una ceremonia para pedir por la paz y la solución no violenta del conflicto.




Comunicado:

En las últimas semanas asistimos a la mayor tragedia humanitaria que se haya vivido en décadas en el viejo continente. Aun sin ser un fenómeno nuevo, sí es cierto que el éxodo masivo hacia estas tierras ha cobrado recientemente una magnitud antes no vista, dicen que sólo comparable a los éxodos vistos en la 2ª Guerra Mundial. Solo que en aquella oportunidad, los atestados trenes no esperaban la entrada en Europa sino la huida de ésta.

Los medios de comunicación reflejan en sus titulares el pasmo y la conmoción de las poblaciones, aunque éstos primeros responden a intereses menos legítimos que el del despistado ciudadano que hasta hace poco vivía tranquilamente a espaldas de las tragedias de sus vecinos.

Para los que llevamos tiempo advirtiendo de la gran crisis histórica que se estaba gestando, la situación actual no nos lleva a sorpresa sino a la indignación. Y nuevamente nos sentimos en la responsabilidad de esclarecer sobre los puntos clave que en general son olvidados u ocultados:
1- Los puntos de partida del éxodo son aquellos donde la Unión Europea, de la mano de su aliado estadounidense (cuando no Rusia) han realizado intervenciones militares o promovido el conflicto armado. Aún resuenan los ecos de las llamadas “guerras preventivas” por la manipulación mediática de quienes han puesto las condiciones para el surgimiento del terrorismo islamista cuando no lo han entrenado, armado y lanzado en virtud de unos intereses político-económicos.

2- Esta crisis pone de manifiesto la falsedad de la supuesta ausencia de fronteras dentro de la Unión, que siempre quiso ser libertad de circulación de mercancías y capitales antes que libertad de circulación de personas. Shengen fue diseñado para una Europa de los mercaderes y no para una Europa de los pueblos.

3- Las vergonzosas propuestas sobre cuotas de acogida tratan además de establecer diferencias entre desplazados de guerras militares y guerras económicas. Hablan de seres humanos en los mismos términos que de la producción de leche. ¿Qué tribunal podrá decidir la cuota de los que tendrán opción a vivir?

4- Nuevamente se agita el temor al Islam como argumento para poner límites a lo que no podrá ser contenido de ningún modo. Este nuevo intento de los más reaccionarios no sólo es falaz e indecente, sino que muestra su infinita hipocresía.

Sin embargo, a pesar de toda esta sinrazón, una vez más están siendo las poblaciones las que entroncando con nuestras mejores tradiciones humanistas europeas están dando una lección de dignidad y solidaridad a nuestros vergonzantes dirigentes políticos. Decenas de miles de ciudadanos están ofreciendo sus casas, redes vecinales se articulan para dar atención urgente a los que llegan a sus ciudades y líderes locales de nuevo cuño asumen desde sus municipios las responsabilidades que los gobiernos nacionales y las instituciones europeas no aceptan.

Por todo ello hemos de finalizar insistiendo en la necesidad de comprender que No habrá progreso si no es de todos y para todos y que a pesar de tanto drama, los pueblos caminan lenta pero inexorablemente hacia la futura Nación Humana Universal.

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