domingo, 31 de agosto de 2014

Taller de Horneado de Cerámica y Moldes

Figuras de arcilla antes de su paso por el horno

El pasado 2 de julio realizamos un taller donde cocimos figuras barro que se hicieron cerámica y preparamos moldes para bronce, tema del siguiente taller de septiembre. A continuación, los temas explicativos del taller, impartido por Javier Vilaplana y Olga Pardo.

Introducción a la cerámica

En todas partes podemos encontrar barro o arcilla y casi todos los pueblos han conocido el uso y la producción de la cerámica. En los mitos, en el Popol Vuh, nos hablan del barro cocido que no es arcilla todavía, es el barro del Popol Vuh, el barro que utilizaron los Formadores; los Anunciadores; la Abuela del alba; la Abuela del día para hacer al primer hombre. Pero hicieron el primer hombre y empezaron las lluvias, entonces al hombre de barro se le doblaban las piernas y se caían. Por tanto tuvieron que hacer otro hombre. Eso es propio de una civilización pre-cerámica.

Con el barro pasa una cosa curiosa que no pasa con el vidrio como en el metal que no cambian las características esenciales y en la cerámica sí. Estás pasando arcilla o de la arcilla cocida a la cerámica que es otra cosa físicamente. Cambian muchas de sus características. Cambia el sonido, cambia la rigidez, cambia la permeabilidad, se produce un cambio de cualidad; en el metal, no. Por eso a los metales y al vidrio se les puede dar forma después de fundidos y con el barro la figura es anterior a la hornada.

Pero antes de que existieran los hornos para hacer cerámica y para fundir metales, los homínidas tuvieron que vérselas con el fuego del que no conocían nada y además temían. Al fuego primero se conserva y después se produce. Claro, porque en la naturaleza estaba ya el fuego. Entonces, el tema era disponer de él y ese fuego era como un “regalo”. Todos frente al fuego huyen y estos homínidas frente al fuego se acercan. La Naturaleza dice “huye”. Ellos se oponen y dicen: “acércate”. Este hecho es extraordinario y alarmante. Si todos se asustan del fuego y nosotros también, tratemos de manejar el fuego para asustar a todos. Y ya empezó la gracia.