viernes, 23 de agosto de 2013

Taller de Arcilla


El pasado 4 de agosto organizamos un taller de introducción al trabajo con la arcilla. Participamos unas 15 personas de los grupos de Vallecas y Barrio del Pilar.

Interés: La transformación interna a través del trabajo con la materia y desarrollar sus tres características centrales de tono, permanencia y pulcritud.

Herramienta: La arcilla

Punto de Vista: Historia del trabajo con materiales y su relación con lo Mítico.

El desarrollo de la permanencia, la pulcritud y el tono son lo primario. El trabajo con la materia es un trabajo que hace poner la cabeza de una manera más reflexiva, de otra forma diferente a la habitual, que es más acelerada y compulsa.

Son trabajos inspiradores, donde el punto no es la producción artística, sino la experimentación con la materia, en este caso la arcilla, para lo cual hay que meter el cuerpo, las manos y poner bien la cabeza.

Las transformaciones que producimos en la materia son también transformaciones en la persona que hace el trabajo. El trabajo con la arcilla se puede considerar el esfuerzo que uno hace para modelarse a si mismo.

Por otro lado, podemos observarnos a nosotros mismos, ya que nuestra manera de representarnos las cosas se plasma en la materia. Yo tengo una imagen en la cabeza, por ejemplo, una esfera, y al manipular la materia “saco” esa imagen al exterior. Para construir una rueda primero tengo que imaginarla, representarla en mi cabeza, y después hacerla.

Puedo observar si esa figura coincide con la imagen que me representé, si es proporcionada, o por el contrario, es más grande o más pequeña que la imagen que tenía, si está más o menos acabada… Todo eso me dice cómo funciona mi cabeza, cuáles son mis tendencias.

Permanencia: tiene que ver con el desarrollar un plan, con mantener el trabajo sin dejarlo a medias. Por ejemplo, si empiezo a modelar una figura, trato de terminarla.

Pulcritud: una forma ordenada de hacer las cosas…, buscando la proporción, con la cabeza ordenada, el ámbito del taller ordenado. Por eso, al acabar, tratamos de dejar todo como estaba, recogemos la arcilla que sobra, limpiamos…

Tono: un modo de hacer las cosas de manera reflexiva, con gusto e interés, sin compulsiones. Cada material necesita un tono, una intensidad. Con la arcilla hay que aflojarse, soltar la cabeza, ir trabajando la arcilla con suavidad, hasta lograr la forma que habíamos imaginado.



Punto de vista


Hace millones de años (2,5 millones) los homínidos empiezan a producir herramientas y se da un salto evolutivo. Empiezan a construir objetos de madera, luego de piedra… En algún momento (parece que hace 1 millón y medio) empiezan a utilizar y conservar el fuego que proporcionaba la naturaleza. Bastante tiempo después se logró producir ese fuego a voluntad (400.000 años). Ese acto sería revolucionario y lo cambiaría todo.

Desde la conservación del fuego hasta su producción, aprendiendo como elevar su temperatura y aplicarlo en la creación de objetos mediante el empleo de los hornos, son hitos no solamente externos, también son la manifestación de procesos internos, de relaciones y comprensiones nuevas en el ser humano. Esos hitos se ven en los mitos universales en la base de las diferentes culturas. El trabajo con la materia y los hornos es la forma de acercarnos a ese proceso histórico, rescatando registros y miradas antiguas.

En el Génesis se dice: “el hombre fue hecho de barro y dios le da el soplo de vida”. El soplo, ese aire tibio o caliente hace referencia al aire caliente que entra y circula en el horno cerámico.

En el mito de Gilgamesh (Mesopotamia) se habla del hombre peludo, es decir, de adobe, barro y paja. Estos mitos nos hablan de un método de fabricación cerámica.



La arcilla


La arcilla es un material blando, fácil de trabajar. Los primeros trabajos con arcilla fueron el moldeado y la fabricación de pequeñas piezas.

Ya en el Paleolítico (35.000-10.000 a.e. piedra tallada) aparecen las primeras figuras de barro cocido. Las figuras más antiguas son pequeñas diosas de la fertilidad. Más tarde, en el Neolítico (7.000-3.000 a.e, piedra pulimentada) aparecen la cerámica (barro cocido a altas temperaturas que cambia de cualidad) y el vacío, lo que lleva al uso de vasijas, que sirven para almacenar, y moldes, para copiar figuras que ya existían.

En Mespotamia se inventaron las primeras herramientas para trabajar mejor la arcilla, como el torno del alfarero y el horno para cocerla. En Grecia o Egipto se decoraban con motivos geométricos, plantas y escenas de la vida cotidiana.

Técnicas de modelado y decoración


Está el modelado a mano. El modelado con torno. Y el modelado en molde de yeso.

Para los acabados y decoración pueden hacerse dibujos con alguna herramienta punzante, se puede bruñir (pulir y sacar brillo) con una cuchara o piedra lisa. Una vez acabada la figura se puede pintar con esmalte.

Para el secado de la arcilla, es conveniente que no le dé el sol directamente.

Elaboración


1º. Preparar. Es importante amasar bien la arcilla para que la humedad se reparta y sacar cualquier burbuja de aire, que al cocer podría hacer estallar la pieza.

2º. Modelar. Se puede modelar con las manos o usando algún tipo de herramienta. Para que no aparezcan rajas, se puede ir añadiendo agua al modelar.

3º. Secado y pulido. Luego se deja secar al aire. Cuando está completamente seca, el color se aclara y se vuelve más dura. Entonces se puede pasar una lija fina o una esponja húmeda para pulir.



PRÓXIMO TALLER:
Sábado 7 de septiembre a las 11:00 horas
Tema:
Fabricación de moldes: el molde caldeo

Lugar: afueras de Tres Cantos. 
Más información: proyectoshumanistas@yahoo.es

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